Matar detrás del volante dejará de ser un delito excarcelable. Ayer el Congreso votó una ley que endurece las sanciones para aquellos conductores que manejen alcoholizados o superando las velocidades máximas permitidas. También considera un agravante abandonar a las víctimas en la calle. Se estima que en Argentina mueren entre 20 y 25 personas por día en calles y rutas.

La iniciativa que Madres del Dolor impulsa hace más de una década prevé castigos más severos para quienes conducen alcoholizados o a alta velocidad y causan víctimas fatales.

El proyecto, impulsado por la organización Madres del Dolor, recibió 197 votos positivos. En el texto la ley determina que la pena de prisión será de tres a seis años para los conductores que «se dieren a la fuga o no intentasen socorrer a la víctima, o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de alcoholemia igual o superior a quinientos miligramos por litro de sangre -para conductores de transporte público- o un gramo por litro de sangre en los demás casos». También pena el «exceso de velocidad de más de 30 kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar del hecho».

El Congreso votó de esta manera un proyecto consensuado con los familiares de víctimas, desconociendo modificaciones realizadas en el Senado.

El presidente de la comisión de Seguridad Interior, Luis Petri (UCR), destacó el mérito de las Madres del Dolor: «Que fueron las promotoras de esta ley y que nunca desistieron de su objetivo». Por otro lado, remarcó que se pudo introducir la figura de culpa temeraria: «No es lo mismo el deber de cuidado de un automovilistas normal que el de un conductor profesional, y la ley aborda este tema». Y destacó las cifras oficiales en torno al drama de los delitos viales: «Mueren 20 personas por día, hay alrededor de 7.500 muertes anuales. Es la principal causa de muerte en menores de 35 años. Es vital que el Congreso continúe ocupándose de un tema que es una catástrofe nacional», destacó.