Con el debut de Ezequiel en el campo profesional el próximo sábado, se abrirá la tercera generación de esta familia que lleva al boxeo en su ADN. Sus abuelos, su padre y madre, sus tíos, una hermana y hasta una prima, también se calzaron guantes.
La genética tiene poco de casualidad en la familia Matthysse y su historia lo revalida. El boxeo ha sido el rasgo distintivo como herencia, que marcó a tres generaciones durante más de cuarenta años.
A los 22 años, Ezequiel Matthysse está próximo debutar profesionalmente, tras una importante carrera como amateur que lo consagró inclusive, como campeón Mundial juvenil.
Su abuelo Mario y su tío abuelo Miguel Steimbach fueron boxeadores profesionales en las décadas del 70 y 80; su papá Walter llegó a pelear por la corona mundial superwelter; sus tíos Lucas y Soledad fueron doble campeones mundiales y hasta su abuela Doris y su mamá Yanina, llegaron a calzarse los guantes de manera amateur, para poder vivir en carne propia el rigor de la profesión.
El inicio de esta saga tuvo lugar en la provincia de Santa Fé y fue Mario Matthysse, abuelo de Ezequiel, quien a fines de los años 70 inició una prolífica carrera como pugilista profesional, que se extendió por más de diez años, aunque sin éxitos mayores. El “Tordo”, como lo apodan, completó su carrera con un récord de 38 triunfos (18 KO), 13 derrotas y siete sin decisión. Se retiró en 1989 y comenzó a dar clases de boxeo, actividad que mantiene hasta hoy.
Fue allí, en la ciudad de Esperanza, donde Mario compartió parte de ese desarrollo junto con su cuñado Miguel Ángel Steimbach (hermano de su esposa Doris), quién también fue un aguerrido boxeador de mediados de la década del 80, que logró ser campeón Argentino.
Luego hubo que esperar hasta el año 2003 para que el apellido Matthysse vuelva a sonar fuerte en el ambiente pugilístico y fue gracias a la demoledora pegada de Walter, el mayor de los tres hermanos. Durante seis años, el Terrible, como lo apodan, ganaba o perdía por nocaut: de sus 26 victorias, 25 fueron por la vía del sueño y sus cinco derrotas, siempre fueron antes del límite.
Fue campeón Latino y llegó a tener dos chanches mundialistas en 2006 y 2007 en Estados Unidos, pero las derrotas con Paul Williams y Kermit Cintrón, precipitaron el retiro que se produjo en 2009. Hoy, a los 42 años, trabaja en la Legislatura de Chubut y sigue atentamente los pasos de su hijo Ezequiel.