En su testimonio, Cristian Ignacio Gómez, seguridad del boliche ese 18 de enero de 2020, complicó a Matías Benicelli y a Máximo Thomsen. Explicó que el momento del incidente fue cuando “se armó un pogo”, mientras en Le Brique estaba tocando un artista (Nea Pistea).

“Con mis compañeros trabajamos en equipo. En un momento veo que uno deja su lugar para separar a un grupo y se baja de la tarima para separar. Entiendo que estaba separando a Thomsen de Fernando Báez Sosa. Mi visión es lejos, es de noche”, describió el testigo que declaró por via telemática ya que está en la provincia de Neuquén.

Y recordó: “Cuando llego, la pelea estaba iniciada. Termino calmando y reduciendo a Matías Benicelli, que agredía a todo aquel que identificara como rival o de otro grupo. Yo lo saqué de Le Brique. Reduciéndolo con los brazos en la espalda”.

Luego, continuó: “En ese momento, escuché que alguien me dice: ‘A él no lo sacás’. Me miraba con cara de loco, sacado, agresivo. Resultó ser Thomsen”.

Tomei le pide que defina a qué se refería con “loco, sacado, agresivo” que le adjudicó a Máximo Thomsen. “Puede ser el alcohol que tomaron dentro. Lo que si entiendo es que estaba totalmente sacado”, cerró el testigo

Fabián Maximiliano Ávila, el empleado de seguridad de Le Brique que sacó a Fernando Báez Sosa del boliche la noche del crimen (Ezequiel Acuña)

Hugo Tomei, defensor de los rugbier, le pidió a Fabián Maximiliano Ávila, empleado de seguridad de Le Brique al momento del crimen, que identifique a quién le pegó Fernando en el boliche. “A (Máximo) Thomsen. Como yo lo sostenía, nos caímos los dos porque me tropecé con un escalón”, dijo.

Con eso, culminó su declaración. El siguiente testigo declara por vía telemática desde la provincia de Neuquén. Se trata de Cristian Ignacio Gómez, compañero de Ávila en Le Brique ese 18 de enero de 2020.

Fabián Maximiliano Ávila, empleado de seguridad de Le Brique al momento del crimen, fue el que retiró a Fernando del boliche.

Alejandro «Chiqui» Muñoz, jefe de seguridad del boliche Le Brique, este miércoles declaró en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. Télam

“Cuando vi que se empezaron a pelear en el medio de la pista, yo bajé, pasé entre medio de la gente y justo vi a Fernando y a uno de los chicos. Yo agarré a uno de los ‘rugby’, no sé quién era, uno de pantalón corto. En ese momento, Fernando, que tenía la camisa rota, le pegó una piña en el estómago al que yo sostenía. Nos caemos los dos para atrás, y ahí me levanto y lo agarro a Fernando y le digo que me acompañe afuera”, relató el testigo.

Y siguió, al tiempo que señalaba el video donde se veia cómo retiraban a los imputados del boliche: “La otra persona quedó en la pista y la sacaron mis compañeros. No sé de quién se trataba. Si tuviera que describirlo diría: pelo castaño largüito, pantalón corto y camisa. Creo que lo sacaron Alejandro Muñoz y otro más, que no me acuerdo el apellido”.

Tambien la defensa le pidió al jefe de seguridad de Le Brique. Alejandro “Chiqui” Muñoz, que dibuje en un plano por dónde sacó a ambos grupos. También le consultó si había personal de seguridad a cargo afuera del boliche, pero el testigo le explicó que los dejó con la Infantería de la Policía Bonaerense y que los oficiales les dijero que se fueran.

“Después de ese hecho estuve cuatro días sin dormir. En la calle veía que la gente me miraba como si yo fuera uno de los culpables”, refirió Muñoz y, luego de responderle al Ministerio Público Fiscal que mide 2,03 metros y que pesa 150 kilos; Fernando Burlando tomó la posta y soltó: “Y, así y todo, le costó sacar a Thomsen. ¿Cuánto cree que pesaba?”

Muñoz: 90 kilos, estimo.

Alejandro “Chiqui” Muñoz, jefe de seguridad de Le Brique al momento del crimen de Fernando, es imponente: mide 2.03 metros, pesa 150 kilos y este miércoles dijo que necesitó pedir ayuda para expulsar a Máximo Thomsen.

“Cuando llegué la pelea ya había terminado. Me lo señalan a Thomsen, trato de sujetarlo solo y me hizo tanta fuerza que tuve que pedir ayuda a uno de mis compañeros para sacarlo. A Fernando, en cambio, lo sacaron tranquilo, no tenía camisa”, recordó.

Y agregó sobre el rugbier: “Lo tuvimos que sacar entre dos porque estaba muy agresivo. Thomsen era el más alterado”. Luego, relató: “Cuando llego a la puerta veo a todos los ‘rugby’ y veo que se van turnando para pegar a Fernando: trataban de separar a los amigos y dejarlos a cinco o seis metros. Unos cubrían a los amigos y otros le pegaban (a Fernando). Uno que estaba con camisa blanca con rodete (N. de la R. por las fotos es Matías Benicelli) le pegó y Fernando no se levantó nunca más. La daban patadas constantemente. El que más le pegaba fue el chico que saqué yo: Thomsen. Me concentré en él porque, mirá que yo soy grande, pero no lo pude contener”.

Se proyectaron dos videos durante el testimonio de Muñoz y el testigo refirió que a los imputados los sacaron por Avenida Buenos Aires, y que a Fernando y sus amigos, por la entrada principal, sobre la Avenida 3. Dijo que es parte del “protocolo”. “Yo siempre les digo que se vayan a su casa, pero acá hubo una diferencia: unos salieron violentos, otros no”.

En el momento crucial de su testimonio, Muñoz se quebró: “Hace veinte años que trabajo de esto y jamás vi tanta saña. Todo patada, patada, patada”.

Fuente INFOBAE

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